Las claves del despido objetivo
El despido objetivo es una figura legal que permite a las empresas terminar el contrato de un empleado cuando existen causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que justifiquen dicha decisión. Es fundamental que tanto empleadores como trabajadores comprendan a fondo este concepto y sepan cómo se procede en estos casos.
Causas de Despido Objetivo
Las causas que pueden justificar un despido objetivo están detalladas en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores. De acuerdo con este precepto, existen distintas razones que pueden llevar a un despido objetivo:
- Causas económicas: Se considera que existen causas económicas cuando los resultados de la empresa muestran una situación económica negativa. Esto puede deberse a pérdidas actuales o previstas, o una disminución persistente del nivel de ingresos o ventas. En términos más específicos, se entenderá que hay una disminución persistente si el ingreso o las ventas disminuyen durante tres trimestres consecutivos en comparación con el mismo trimestre del año anterior.
- Causas técnicas: Se refieren a los cambios en los medios o instrumentos de producción. Por ejemplo, si una empresa introduce una nueva tecnología que hace innecesarios ciertos roles de trabajo, esto podría justificar un despido objetivo por causas técnicas.
- Causas organizativas: Se aplican cuando hay cambios en los sistemas y métodos de trabajo del personal o en la manera de organizar la producción. Esto podría ocurrir, por ejemplo, si una empresa decide reestructurarse y ciertos departamentos o puestos se vuelven redundantes.
- Causas de producción: Se producen cuando cambia la demanda de los productos o servicios que la empresa ofrece en el mercado. Si la empresa ya no puede vender una cantidad suficiente de su producto o servicio para mantener su operación, esto podría justificar un despido objetivo por causas de producción.
La empresa debe seguir un procedimiento específico para llevar a cabo un despido objetivo:
- Comunicación escrita: La empresa debe informar al trabajador de la decisión de despido a través de una carta, donde se especifiquen las causas del despido y la fecha de efecto.
- Preaviso: La empresa tiene la obligación de preavisar al trabajador con 15 días de antelación. Durante este período, el trabajador tiene derecho a un permiso de 6 horas semanales con el fin de buscar otro empleo, sin que ello suponga una disminución de su salario.
- Indemnización: Con el preaviso, la empresa debe poner a disposición del trabajador una indemnización de 20 días por año trabajado, con un límite de 12 mensualidades.
Además de lo anterior, es crucial mencionar que el trabajador despedido por causas objetivas tiene derecho a percibir la prestación por desempleo, siempre y cuando cumpla con los requisitos necesarios para ello, como haber cotizado al menos 360 días dentro de los seis años anteriores a la situación legal de desempleo.
Si el trabajador no está de acuerdo con el despido objetivo, tiene un plazo de 20 días hábiles para impugnarlo ante el Juzgado de lo Social. Si el juez declara el despido improcedente, la empresa deberá optar entre readmitir al trabajador o indemnizarle con 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades.
Es crucial manejar adecuadamente el despido objetivo para prevenir conflictos laborales y posibles sanciones. Por ello, siempre es recomendable contar con el asesoramiento de expertos en derecho laboral que puedan guiar a las empresas y trabajadores en este proceso.