La reclamación de deudas al administrador con detalle

Qué sucede si tenemos una deuda con la sociedad pero ésta no tiene fondos? Puede surgir la necesidad de reclamar una deuda a un administrador cuando una empresa no puede pagar. En este artículo, vamos a explorar este escenario en detalle.

¿Cuándo se puede hacer una reclamación de deudas al administrador?

Es posible dirigirse al administrador de una sociedad para reclamar una deuda cuando se han agotado todos los medios para cobrar a la empresa deudora. Sin embargo, hay que cumplir ciertos criterios para que esta acción sea viable.

Casos específicos para la reclamación de deudas

Uno de los escenarios que permiten a un acreedor reclamar un crédito al administrador es cuando la empresa tiene pérdidas que disminuyen su patrimonio neto a menos de la mitad del capital social. En este caso, la Ley de Sociedades de Capital (LSC) establece que la empresa debe acordar su disolución, o aumentar o reducir el capital en la medida necesaria para restablecer el equilibrio entre el patrimonio neto y el capital social.

Si el administrador de la empresa no adopta las medidas necesarias dentro de un plazo de dos meses, incumpliendo la obligación que le impone la legislación, será responsable de las deudas de la empresa que se originen después de este plazo.

Por otro lado, es importante estar atento a las operaciones de ampliación de capital ficticias. Estas pueden ser un medio fraudulento para elevar artificialmente el capital y cubrir las pérdidas de la empresa, evitando así acciones de responsabilidad contra el patrimonio de los administradores.

¿Cómo hacer una reclamación de deudas al administrador?

Para exigir responsabilidad a los administradores por las deudas de la empresa, es necesario presentar una demanda judicial en el Juzgado Mercantil de la provincia donde se encuentra el domicilio social de la empresa.

Los socios y su responsabilidad

Los socios de una sociedad anónima o limitada no son responsables de las deudas de la empresa. En efecto, estos sólo arriesgan a perder el capital social que han aportado. Sin embargo, los socios pueden responder con su patrimonio si han garantizado la operación de manera personal, por ejemplo, actuando como fiadores de un préstamo bancario.

Los administradores y sus obligaciones

Al igual que los socios, los administradores, en principio, no responden de las deudas de la empresa. Sin embargo, ser administrador implica una serie de obligaciones que, si no se cumplen, pueden convertirlos en responsables solidarios y personales de las deudas de la empresa.

Existen dos vías para exigir la responsabilidad de los administradores:

Vía 1: Responsabilidad por no disolver la sociedad en caso de causa legal de disolución

El Artículo 363 de la LSC establece que las sociedades deben disolverse por varios motivos, incluyendo el cese de la actividad, la conclusión de la empresa, la imposibilidad de conseguir el fin social, la paralización de los órganos sociales, pérdidas que reduzcan el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social, y reducción del capital social por debajo del mínimo legal, entre otros.

Si una sociedad se encuentra en alguna de estas situaciones, el administrador está obligado a convocar una Junta General dentro de un plazo de dos meses para adoptar el acuerdo de disolución. Si no lo hace, responderá personalmente de las deudas de la empresa que se generen después de la aparición de la causa de disolución.

Vía 2: Responsabilidad individual por los daños causados a terceros

El Artículo 236 LSC establece que los administradores son responsables frente a los acreedores de la empresa, por el daño que causen por actos u omisiones contrarios a la ley o a los estatutos, o por los realizados incumpliendo los deberes inherentes al desempeño del cargo, siempre y cuando haya intervenido dolo o culpa.

Reclamación de responsabilidad a los administradores sociales

Para exigir responsabilidad a los administradores por las deudas de la empresa, es necesario presentar una demanda judicial en el Juzgado Mercantil de la provincia donde se encuentra el domicilio social de la empresa. Esta demanda debe ser presentada por un abogado y concluirá con la emisión de una sentencia que obligará personalmente al administrador a pagar las deudas de la empresa generadas después de la causa de disolución, o a pagar la indemnización correspondiente al tercero perjudicado por sus acciones.

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